Al cerrarse el panteón de Belén,
abre sus puertas de hierro
forjado el panteón de Mezquitán
el 02 de Noviembre de 1896.
Su cancel es de
barrotes con pequeñas figuras
de calaveras con huesos cruzados.
En uno de los cruceros principales que delimita los lotes de
criptas
de las colonias francesa y alemana, se erigió,
un gran monumento en
forma de capilla,
cuyos nichos guardan los restos del Señor Jesús Flores
quien
fuera propietario de la legendaria casa
de los Perros,
situada por la avenida Alcalde en el Centro de la Ciudad.
Se decía que su propietario había fallecido y no había
tenido herederos,
por lo que su última voluntad había sido que quien le rezara
un novenario heredaría la casa.
En el edificio de la administración del panteón
se encuentra una antigua campana.
Por fuera del panteón, a lo largo de la
entrada principal,
se pueden observar murales que representan las clases sociales de aquellos tiempos.
Fotografía: Jesús Jimenez Gómez
Fuente: Vive Guadalajara
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