Diseñado por Manuel Tolsá, conocido Arquitecto y Escultor
español,
quien inició su construcción en 1805 hasta exhibir su corte neoclásico
rematado por una cúpula que semeja la corona española
que hoy en día podemos
apreciar.
Abre sus puertas en 1810 todavía en construcción
y durante
la guerra de independencia, pasó a ser ocupado
por soldados convirtiéndose en
la ciudadela más importante de la ciudad.
Después de aproximadamente siglo y
medio vuelve a su objetivo inicial
con la llegada de las Hermanas de la Caridad
en 1852; sin embargo,
fue hasta 1983 cuando dejó de prestar servicios como
Hospicio,
convirtiéndose en la sede de la cultura que tomó el nombre de Cabañas
en homenaje a las obras desarrolladas por el obispo,
transformándose en el
museo y centro de promoción cultural de la ciudad.
En 1937 el muralista mexicano José Clemente Orozco,
bajo la
invitación del gobierno del estado de Jalisco,
decoró el interior del Instituto
con grandes murales
que ahora forman parte de nuestra riqueza cultural.
En estos murales terminados en 1939, Orozco interpretó
la
vida prehispánica, es decir, el choque cultural entre los indígenas y
españoles;
también plasmó el tema de la fundación de Guadalajara
hasta llegar a
la trágica realidad contemporánea.
En el centro de la capilla se exhibe su obra
más importante llamada
“El Hombre de Fuego”, una figura humana envuelta en
llamas,
la cual representa los cuatro elementos de la naturaleza
junto con las
cuatro obras que le rodean.
El Hospicio Cabañas se reconoce por ser la segunda
manifestación más importante de la arquitectura neoclásica en México.
Fotografía: Jesús Jiménez Gómez
Fuente: Guadalajara Guadalajara.com
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