El ferrocarril o
transporte ferroviario
es un sistema de transporte de personas
y mercancías
guiado sobre una via férrea.
Aunque normalmente se entiende que los carriles
o rieles son
de acero o hierro, que hacen el camino
o vía férrea sobre la cual circulan los
trenes,
dentro de esta clasificación se incluyen
medios de transporte que
emplean otros tipos de guiado,
tales como los trenes de levitación magnética.
Se trata de un transporte con ventajas comparativas
en
ciertos aspectos, tales como el consumo de combustible
por tonelada/kilómetro
transportada,
la entidad del impacto ambiental que causa
o la posibilidad de
realizar transportes masivos,
que hacen relevante su uso en el mundo moderno.
La primera noticia de un sistema de transporte sobre
carriles
fue una línea de 3 kilómetros que seguía el camino Diolkos,
que se
utilizaba para transportar botes sobre plataformas
a lo largo del istmo de
Corinto durante el siglo VI a. C.
Las plataformas eran empujadas por esclavos
y
se guiaban por hendiduras excavadas sobre la piedra.
La línea se mantuvo
funcionando durante 600 años.
El primer ferrocarril propiamente tal (esto es, fabricado
con hierro)
estaba formado por un cuerpo de madera recubierto por una chapa,
y
fue fabricado en 1768. Esto permitió la elaboración
de aparatos de vía más
complejos.
En un principio solo existían lazos de final de línea para invertir
las composiciones,pero pronto aparecieron los cambios de agujas.
A partir de
1790 se utilizaron los primeros carriles de acero
completo en Reino Unido. En
1803, William Jessop inauguró la línea
«Surrey Iron Railway» al sur de Londres,
siendo el primer ferrocarril público tirado por caballos.
La invención del
hierro forjado en 1820 permitió
superar los problemas de los primeros carriles
de hierro,
que eran frágiles y cortos, aumentando su longitud a 15 metros.
En
1857 comenzaron a fabricarse carriles de acero definitivamente.
Fotografía: Jesús Jiménez Gómez
Fuente: Wikipedia
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