sábado, 25 de mayo de 2019

Chilopoda






Los quilópodos son una clase de miriápodos comúnmente
 conocidos como ciempiés y escolopendras.
 Tienen un cuerpo alargado y plano formado por 21
 segmentos o anillos (metámeros), con un par de patas
 en cada uno de ellos. Pueden llegar a medir desde unos
 cuantos milímetros, en los Lithobiomorpha y Geophilomorpha,
 hasta los 30 cm en los Scolopendromorpha.
 Pueden poseer veneno. Se conocen quilópodos fósiles
 del Silúrico tardío, hace unos 418 millones de años.
 Se han descrito unas 3300 especies.






Los quilópodos (ciempiés) se distinguen de los diplópodos
 (milpiés) en que sólo tienen un par de patas por cada
 segmento o metámero de su cuerpo, mientras que los milpiés
 tienen dos pares de patas por metámero.

Son carnívoros y para capturar a sus presas
 tienen unos apéndices bucales muy desarrollados
 que secretan veneno; han sido capaces de colonizar
 muchos ambientes distintos, desde los áridos
 desiertos al círculo polar ártico, pero requieren
 siempre microclimas húmedos debido
 a su alta tasa de pérdida de agua.







Fotografía: Jesùs Jimènez Gòmez

Fuente: Wikipedia






sábado, 11 de mayo de 2019

Iglesia de la Compañía




También conocido como Templo del Espíritu Santo,
 se encuentra en el Centro Histórico,
Ubicada en la calle 4 Sur y Palafox y Mendoza,
 la Iglesia de la Compañía se encuentra junto al Carolino.
 Su construcción comenzó en el año 1583 y tardó 17 años,
 hasta 1600, en poder ser completada en su totalidad.
 Fue uno de los cinco colegios establecidos por la orden
 de los jesuitas en Puebla para la enseñanza del catolicismo.

el primer diseño del Templo de la Compañía de Jesús
 era sólo un edificio con una sola torre.
 No fue hasta el año 1767 que el actual templo,
fue ya finalizado.







Los trabajos de decoración de la actual Iglesia de la
 Compañía fueron iniciados en 1746 por el maestro
arquitecto José Miguel de Santa María.
 Se considera a este último como a un verdadero
 maestro de la arquitectura barroca de Puebla.
Sus torres, en cambio, no serían construidas
 hasta inicios del siglo XIX, con el
 retablo de Luis G. Olvera en 1927.







Fotografía: Jesùs Jimènez Gòmez

Fuente: Puebla dos22










domingo, 5 de mayo de 2019

Xochipilli






En la mitología mexica es el dios del amor, los juegos,
 la belleza, las flores, el maíz, el placer y de la ebriedad
 sagrada; su nombre significa Príncipe de las flores o Noble florido.

​Su hermana melliza era Xochiquétzal. En su festividad
 religiosa asociada, que significa fiesta de las flores
 en náhuatl. En esta fiesta se hacían ofrendas de comida,
 y los pueblos cercanos a Teotihuacan llevaban
 cautivos como tributo para los sacrificios.
 Él, entre otros dioses, fue representado usando un
 talismán conocido como un oyohualli , que era un
 colgante en forma de lágrima hecho a mano de madreperla.








En el Museo Nacional de Antropología de México
 se puede apreciar una escultura de Xochipilli,
 hecha en piedra volcánica y procedente de
 la zona de Tlalmanalco, en el Estado de México.
 Originalmente, la pieza formaba parte de la
 colección personal del historiador Alfredo Chavero
 quien la donó, posteriormente, al museo.

 La escultura data del posclásico tardío(1250-1521).
 En esta representación, el dios está vestido con
 un pectoral, máscara y una especie de argollas
 metálicas en las muñecas. Se representa sentado
 sobre un brasero con plantas psicotrópicas como
 el tabaco, los hongos o la datura, que eran consideradas
 como sagradas ya que su uso permitía la comunicación con la divinidad.

La escultura fue encontrada en las faldas del volcán
 Popocatépetl y cuando fue examinada por Gordon Wasson,
 el etnobotánico determinó que tanto el cuerpo de la
 deidad como el pedestal sobre el que reposa se
 encontraban grabados con diversos fármacos
 claramente identificables entre la flor de tabaco,
 la de ololiuhqui, el botón de siniquiche y estilizados
 hongos del grupo Psilocybe aztecorum, especie de
 hongos psilocibios que crece en las faldas del mencionado
 volcán.​ No es difícil darse cuenta que la expresión facial
 de la deidad representada en esta escultura corresponde
 a un claro estado de éxtasis, mismo que está
 relacionado con el consumo de enteógenos.






Fotografía: Jesùs Jimènez Gòmez

Fuente: Wikipedia