Carlota de Habsburgo, cuyo nombre completo era
Marie Charlotte Amélie Augustine Victoire Clémentine
Léopoldine de Saxe-Cobourg-Gotha et Orléans Bourbon
-Deux-Siciles et de Habsbourg-Lorraine, nació el 7 de junio
de 1840 siendo una princesa. Fue hija del rey Leopoldo I
y de María Luisa de Orléans. Cuando tenía apenas 10 años de edad,
su madre murió, por lo que fue educada de manera estricta por sus
familiares. Recibió instrucción en administración, política,
historia, geografía, artes y literatura.
Por su parte, Ferdinand Maximilian Joseph Marie von
Habsburg-Lorraine-Viena, nació el 6 de julio de 1832,
siendo archiduque de Austria. Fue el segundo hijo del rey
Francisco Carlos de Austria y de la princesa Sofía de Baviera.
El 27 de julio de 1857, Carlota y Maximiliano contrajeron
nupcias; ella tenía 17 años y él, 25. Además de una esposa,
él encontró en su mujer a un mentor. A petición de
Leopoldo I, el emperador de Austria accedió nombrar
a Maximiliano como gobernador del reino de Lombardía
y Venecia, donde la pareja inició la construcción de
su famoso palacio de Miramar, en la costa del Mar Adriático.
El éxito de su gobierno disgustó a Francisco José,
hermano de Maximiliano, quien lo destituyó como
gobernador y también le quitó la comandancia de
la Armada austriaca el 21 de abril de 1859.
El 14 de abril de 1864, zarparon de Miramar
en la fragata austriaca Novara y desembarcaron
en Veracruz el 28 de mayo, donde nadie sabía
de su existencia, por lo que tuvieron un recibimiento
sumamente frío. De ahí se trasladaron a la ciudad
de México y se instalaron en el Castillo de Chapultepec.
Como emperador aprobó varias de las reformas
de la Constitución de 1857 que eran, más liberales
que conservadoras, por lo que los conservadores
que lo habían invitado a ser el emperador y la Iglesia
católica se mostraron ofendidos y le dieron la espalda.
El emperador cayó prisionero el 17 de mayo
y condenado a morir fusilado. Su esposa, hizo todo
por tratar de salvarlo; viajó a Europa para solicitar
a distintos monarcas que intercedieran por su marido,
pero no tuvo éxito. En un intento desesperado acudió
al Papa Pío IX, pero también le dio la espalda.
Maximiliano fue fusilado el 19 de junio de 1867
en el Cerro de las Campanas, a los 35 años de edad.
Recibió cinco balazos en el cuerpo, porque fue
aceptada su petición de no recibir impactos en el rostro,
para que sus deudos pudieran reconocerlo. Sin embargo
hay versiones de que sí le dispararon al rostro y de que le
sacaron un ojo para enviárselo a su esposa.
Carlota murió el 19 de enero de 1927, a los 87 años de edad,
enamorada, como el primer día, de su querido Maximiliano,
tanto así que le dedicó sus últimas palabras, pues en su
lecho de muerte murmuró: “Recordadle al universo
al hermoso extranjero de cabellos rubios. Dios quiera
que se nos recuerde con tristeza, pero sin odio”.
Sus restos reposan en la cripta de la Iglesia de Laeken,
lejos de los restos mortales de su marido, que descansan en
la Cripta Imperial de la Iglesia de los Capuchinos en Viena.
Fotografía: Jesús Jiménez Gómez
Fuente: de10.mx
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