miércoles, 15 de noviembre de 2017

La Cerradura




El origen de las cerraduras que hoy conocemos es un sencillo pasador
 horizontal de madera que, apoyado en la parte posterior de la puerta,
 se hacía deslizar por una guía para encajar luego en un agujero hecho
 en la jamba. Para accionar este pasador desde fuera se hizo necesario 
utilizar una barra de metal dotada de un mango, así era la llave primitiva.

Para evitar que el pasador se deslizara, lo que se hacía era un agujero vertical
 en la parte superior de la hembra y se colocaba una cuña. La llave lo que
 hacía era mover la cuña y levantarla para liberar el pasador.







Se cree que la cerradura fue inventada en China hace más
 de 4,000 años, aunque fue empleada en Egipto y Babilonia.
 En esta  época fue cuando se empezaron a utilizar los modelos
 que sirvieron de ejemplo para las cerraduras modernas. Esos
 modelos estaban fabricados en madera, tenían una llave de
 madera con unas pequeñas prolongaciones de metal en un extremo
.
Estas prolongaciones encajaban con un conjunto de pequeños
 pines de metal en el interior del cuerpo de la cerradura. Al introducir
 la llave, sus extremos y los pines encajaban de tal manera, que se
 liberaba el mecanismo de la cerradura y giraba. Bastaba con que
 un pitón de la llave fuera demasiado corto o largo para
 que el pestillo no retrocediera.

Un procedimiento que aún se sigue utilizando,eso sí,
 con muchísimas mejoras. Fabricar una cerradura
 en aquella época era una tarea muy laboriosa. Había que
 fabricar en una forja todos los elementos de uno en uno y luego
 era necesario ensamblarlos. Por eso solo los más ricos podían
 costearse lo que era un artículo de lujo. El primer cerrojo que se
 conoce es un dispositivo egipcio fabricado en madera,
 encontrado con su llave en las ruinas de Nínive, en la antigua Asiria.

Los egipcios construyeron este tipo de cerraduras, pero aumentando
 la cantidad de cuñas. Los romanos, si bien se basaron en la misma
 cerradura que los egipcios, generalmente hacían más pequeño el
 pasador de bronce, y las clavijas, también más pequeñas,
 recibían la presión de un resorte.






Fotografía: Jesús Jiménez Gómez

Fuente: Reparaciones Valencia







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