El origen de las cerraduras que hoy conocemos es un sencillo pasador
horizontal de madera que, apoyado en la parte posterior de la puerta,
se hacía deslizar por una guía para encajar luego en un agujero hecho
en la jamba. Para accionar este pasador desde fuera se hizo necesario
utilizar una barra de metal dotada de un mango, así era la llave primitiva.
Para evitar que el pasador se deslizara, lo que se hacía era un agujero vertical
en la parte superior de la hembra y se colocaba una cuña. La llave lo que
hacía era mover la cuña y levantarla para liberar el pasador.
Se cree que la cerradura fue inventada en China hace más
de 4,000 años, aunque fue empleada en Egipto y Babilonia.
En esta época fue cuando se empezaron a utilizar los modelos
que sirvieron de ejemplo para las cerraduras modernas. Esos
modelos estaban fabricados en madera, tenían una llave de
madera con unas pequeñas prolongaciones de metal en un extremo
.
Estas prolongaciones encajaban con un conjunto de pequeños
pines de metal en el interior del cuerpo de la cerradura. Al introducir
la llave, sus extremos y los pines encajaban de tal manera, que se
liberaba el mecanismo de la cerradura y giraba. Bastaba con que
un pitón de la llave fuera demasiado corto o largo para
que el pestillo no retrocediera.
Un procedimiento que aún se sigue utilizando,eso sí,
con muchísimas mejoras. Fabricar una cerradura
en aquella época era una tarea muy laboriosa. Había que
fabricar en una forja todos los elementos de uno en uno y luego
era necesario ensamblarlos. Por eso solo los más ricos podían
costearse lo que era un artículo de lujo. El primer cerrojo que se
conoce es un dispositivo egipcio fabricado en madera,
encontrado con su llave en las ruinas de Nínive, en la antigua Asiria.
Los egipcios construyeron este tipo de cerraduras, pero aumentando
la cantidad de cuñas. Los romanos, si bien se basaron en la misma
cerradura que los egipcios, generalmente hacían más pequeño el
pasador de bronce, y las clavijas, también más pequeñas,
recibían la presión de un resorte.
Fotografía: Jesús Jiménez Gómez
Fuente: Reparaciones Valencia
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