martes, 19 de julio de 2016

Voladores de Papantla




El ritual de los voladores de Papantla inició como una ceremonia
 en la época prehispánica, que tenía que ver con un rito orientado
 a pedir lluvia debido a un periodo largo de sequía, el rito en aquellos tiempos
 no se iniciaba aventándose al vacío, si no con la selección del “palo volador” 
se internaban en busca del más alto, se danzaba en torno a él y se realizaba
 toda una serie de pasos para llevarlo al lugar en donde lo colocarían,
 un dato curioso es que las mujeres tenían prohibido tocarlo ya que era
 una señal de mal augurio. Actualmente se ha generalizado al empleo
 de postes de acero con pequeños peldaños metálicos, conservándose
 únicamente de madera el bastidor y el tecomate. La altura varía de un palo
 a otro: el que se encuentra en la explanada de la iglesia de Papantla mide
 aproximadamente 37 m; el localizado en El Tajín tiene casi 27 m; y el del
 Museo Nacional de Antropología de la ciudad de México alcanza los 25 m.






Las danzas indígenas trataron de ser prohibidas por los misioneros
 españoles en América, por lo que la permanencia de esta tradición se limita
a grupos nahuas y totonacos de la Sierra Norte de Puebla y el 
Totonacapan veracruzano, siendo bastante popular y difundido en
 Papantla, Veracruz, por lo que a los voladores se les conoce como
 “Voladores de Papantla”. Algunos grupos de indígenas de esas regiones
 se han trasladado a diversos puntos de la República Mexicana,
 como el Museo Nacional de Antropología en la Ciudad de México y
 el parque eco-arqueológico Xcaret en Quintana Roo, donde
 hacen una breve representación del ritual indígena.

La danza del Volador es conocida en Papantla como
 “Vuelo de los muertos” o Kos'niin y la danza Hua-hua
 como “Guacamaya” o Lakka.

A la danza se han incorporado elementos occidentales y modernos
 como la utilización de algunos elementos en los trajes. También se elaboran
 palos de metal en vez de madera y el palo del árbol ya no es llevado
 sin tocar el suelo, cargado por toda la comunidad, sino que usan vehículos
 de combustión interna para el arrastre. La introducción de estos elementos ha sido valorada como negativa para la tradición, además de que la danza ha adquirido características de Circo, pues ha sido comercializada como
espectáculo, y para ello se ha buscado mayor atractivo visual,
 realizándola en un palo más alto superando el número de 13 vueltas,
 lo que rompe con el carácter sagrado de la tradición. Ante este escenario
 varios danzantes se agruparon en una Unión de Danzantes y Voladores con
 el fin de preservar la tradición original. Por otra parte, esta danza ha sido
 juzgada como un “juego” prehispánico, siendo que es un ritual sin carácter lúdico.

En el año 2000 el Gobierno de México otorgó a la Unión de Danzantes
 y Voladores de Papantla el Premio Nacional de Ciencias y Artes
 en su rubro de Artes y Tradiciones Populares.

El 30 de septiembre de 2009 la ceremonia ritual de los voladores fue declarada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad; el anuncio fue hecho por la Unesco durante las reuniones del Comité intergubernamental para la salvaguarda del Patrimonio Cultural Inmaterial en la ciudad de Abu Dhabi.







Fotografía: Jesús Jiménez Gómez

Fuente: Wikipedia












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