La tortura es el acto de infligir dolor físico o psicológico
por parte de una autoridad pública, o de alguien amparado por ella,
con el fin
de obtener información o de conseguir "pruebas"
para esclarecer un
delito. Algunos autores proponen distinguir entre
la tortura judicial —la que
se ejerce durante el proceso penal
para determinar la culpabilidad del acusado,
hasta que fue abolida
en Europa y en América a principios del siglo XIX
— y la
tortura extrajudicial —la que ejerce la autoridad gubernativa
fuera del ámbito
judicial propiamente dicho, especialmente
cuando se trata de "delitos
políticos"
Las diferentes formas de tortura han sido aplicadas también
como pena corporal a los culpables de determinados delitos.
Los hebreos colgaban de un poste o de una cruz a los
calumniadores
y a los idólatras, y lapidaban a los blasfemos. La ley de Moisés
señalaba
la pena del fuego contra aquél que se hubiese casado con la madre
y
con la hija y condenaba a las mujeres al mismo género de muerte.
Los palazos o
la verberación era un castigo cruel bajo cuyos golpes
morían a veces los
criminales. Los persas infligían diversas clases de
suplicio como pena a los
reos condenados.
En la Antigua Roma se condenaba a la crucifixión a los
esclavos y a las personas de estratos y condiciones menos favorables. Antes de
clavar a los reos en la cruz solían darles azotes con correas, sarmientos u
otros instrumentos preparados al efecto. Plutarco dice que los reos condenados
a muerte en la cruz estaban obligados a llevarla por sí mismos al patíbulo.
Comúnmente, los aseguraban en la cruz por medio de clavos si bien otras veces
los ataban con cuerdas. Este suplicio era tan común entre los antiguos que los
latinos dieron al nombre de crux y a sus derivadas cruciatus y cruciare una
significación que se refiere a toda suerte de penas y tormentos.
La costumbre de cortar la cabeza con la hoz es muy antigua.
Los romanos la usaron desde los primeros tiempos de la fundación
de su ciudad,
por eso los lictores llevaban entre las haces una seguro
para este objeto. En
Atenas y Roma se castigaba a los traidores
de la patria precipitándoles a un
foso profundo o desde la roca Tarpeya,
respectivamente. Mecio Fufecio, rey de
Alba Longa, fue descuartizado
por orden de Tulio Hostilio por haber violado
la
alianza que había hecho con los romanos.
Fotografía: Jesús Jiménez Gómez
Fuente: Wikipedia
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