La escultura principal mide 25 metros de alto y a su alrededor se yerguen
otras cuatro esculturas más pequeñas de 6 metros que representan los
cuatro puntos cardinales o sea, cuatro vuelos. Cada una pesa 23 toneladas.
Esta obra de bronce es del escultor tapatío Víctor Manuel Contreras
y se encuentra adornada por una fuente en forma de flor que con
sus propiedades, los otros chorros de agua, le da movimiento a la escultura.
Este monumento, inaugurado en 1982, con este tema sobre el
Dios tolteca/azteca fue levantado en el centro de la explanada de la plaza,
según cuentan, en honor de José López Portillo, porque era un admirador
del dios prehispánico, y una fuente similar, pero a escala era parte del
mobiliario que tenía cuando era presidente en la residencia oficial de Los Pinos.
Una curiosidad es que nuca se le colocó la cabeza de la “serpiente emplumada”,
misma que permanece a un costado y de frente al cuerpo de la escultura.
Fotografía: Jesús Jiménez Gómez
Fuente: Cronica
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