jueves, 12 de noviembre de 2015

Fuegos Artificiales




Los fuegos artificiales tienen su origen en China,
 en la región llamada Liu Yang. Allí un hombre llamado Li Tang
 desarrolló las primeras fórmulas, de allí se sabe es la primera mezcla
 explosiva llamada polvo negro, que fue procesada
 artesanalmente a partir de la dinastía Tang (s.VII-X).

En un principio, la utilización de la pirotecnia estaba limitada
 a las ceremonias religiosas, en las que se la usaba
 para espantar a los malos espíritus.
 En el siglo XI con la dinastía Song comienza a popularizarse,
 pero por siglos se seguirá fabricando de manera artesanal.
 La leyenda dice que un cocinero de la antigua China halló una mezcla de 
sulfuro, salitre y carbón de leña, mezcla de por sí, más que inflamable
 y posible de estallar en un espacio pequeño.
 Su primer fin tuvo que ver con celebrar la prosperidad y la paz
 y espantar espíritus malignos. Los chinos,
 una vez que descubrieron las propiedades de ese polvo negro,
 siguieron investigando para perfeccionarla.
 A partir de obtener una fórmula mejorada,
 encontraron que podía ser utilizada
 fácilmente como combustible para los
cohetes que usaban para sus festividades.






Los primeros cohetes que fueron pirotecnia, estaban construidos en madera,
 tallados a mano, artesanales, con la dimensión imaginaria de un dragón,
 esto ya es en el Siglo VI. Por esta misma época,
 comenzaron a propulsar sus flechas en las avanzadas de batalla
 con este polvo negro. Así, impulsaron el ataque contra los mongoles, por ejemplo. 





Fue el principio de movimiento de estos cohetes a propulsión
 lo que dio origen a la pirotecnia.
 A partir de distintas expediciones que llegaron a la China,
 se expandió el conocimiento de este polvo negro combustivo.
 Así partió del lejano Oriente y llegó al Medio Oriente
 y se hizo conocida en Arabia. Estamos hablando de las inmediaciones del siglo XI






Los mongoles se adjudican el uso de la pólvora china,
 ya por los alrededores del 1200.
 En 1258 existe un primer registro escrito en Europa del uso de pirotecnia.
 Pero hasta el siglo XIX una característica esencial faltó en la pirotecnia:
 el color. La pirotecnia comenzó a utilizar entonces una combinación
 de clorato de potasio y de varias sales metálicas
 que propugnaban una fusión en colores brillantes. 






Las sales de estos metales en sus reacciones químicas y físicas
 producen diversos colores, a saber:
 el estroncio al quemarlo reacciona y sufre una transformación
 que visualmente da el color rojo.
 Así por otra parte, el cobre transforma en azul,
 el vario brilla intensamente en color verde,
 y el sodio, estalla en amarillo.
 El magnesio, el aluminio y el titanio se descubrió que originaban
 el color blanco o bien, el destello o flash que produce el estallido.


















FotografíaJesús Jiménez Gómez

Fuente: Maquinaria pro










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