Pípila es la palabra que en el lenguaje coloquial mexicano
se emplea para designar a los pájaros,
especialmente cuando se habla con niños.
Por caso y por asemejarse su rostro al de un pavo o guajalote
es que a Juan
José de los Reyes Martínez Amaro,
uno de los más destacados insurgentes que
participó muy activamente
en la Guerra por la Independencia de México, se lo
apodó de ese modo…
Amaro era oriundo de Guanajuato, donde nació un 3 de enero
del año 1782.
Durante su juventud comenzó a trabajar en una mina como barretero
y con el tiempo se convertiría en supervisor de barreteros.
Cuando
en México comienzan a aparecer las primeras manifestaciones
de independencia,
Pípila, se suma a la cruzada
a favor de la autonomía de su patria
y entonces se
alista en las filas de uno de los líderes de la revolución,
el sacerdote Miguel
Hidalgo y Costilla. En tanto,
participaría en una de las confrontaciones más
sangrientas en este sentido,
entre realistas e independentistas,
como fue la
toma de la Alhóndiga de Granaditas.
Según cuenta la leyenda, Pípila, habría sido quien se
ofreció
a derribar la puerta de la fortaleza de Alhóndiga
en la cual se
atesoraban granos para tiempos de escasez.
La única manera de ingresar era
derribando la mencionada puerta
y entonces, Pípila, se colocó una losa en la
espalda
y a pesar de la balacera a la cual fue sometido
se abrió paso con mucha
valentía y decisión y quemó la puerta.
De esta manera la Alhóndiga fue tomada
por los insurgentes.
Sin lugar a dudas, esta acción comprometida y heroica
para
con la causa lo convirtieron en uno de los héroes máximos de la misma.
Desde
ese hecho y cada vez que se lo demandó
estuvo cerca del bando insurgente para
poder completar el objetivo
último de la independencia de México.
Su fallecimiento se produce el 26 de julio del año 1863,
se
cree que habría sido como consecuencia de los gases y el polvo
que aspiró en
las minas durante tantos años.
Fotografía: Jesús Jimenez Gomez
Fuente: Quien
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