lunes, 5 de septiembre de 2016

Sebastián de Aparicio




Partiendo de Sanlúcar de Barrameda en 1533 llega
 a la Nueva España por el puerto de Veracruz.
En 1552 se vuelve hacendado con tierras que compra en los
 límites de la actual delegación de Azcapotzalco y el municipio de Tlalnepantla,
Es en este sitio que se supone que Aparicio protegió y dio nacimiento
 a la fiesta del Día de Muertos, conjuntando la tradición prehispánica
 de culto a los muertos de sus trabajadores y las celebraciones
 católicas de Todos lo Santos y Fieles Difuntos.






En 1562 Aparicio contrae matrimonio  pero ella muere apenas
 un año después del matrimonio. Luego de varios meses decide
 entrar a la vida religiosa, decidiéndose por la orden franciscana,
 a la cual no ingresa de inmediato, ya que como prueba a sus
 capacidades físicas se da como donado en el convento de clarisas,
 atendiendo como criado las necesidades del convento. Para esto dona
 por cesión el 20 de diciembre de 1573 sus propiedades valuadas
 en 20.000 pesos más otros mil que deja a
 su disposición por si llegase a necesitarlos.

Comprobada su vocación el 9 de junio de 1574 viste el hábito franciscano
 como novicio, destinado al convento de San Francisco en la ciudad de México.
 También estuvo en el Convento de Santiago de Tlatelolco donde inicia
 una tradición de bendecir los vehículos nuevos, que se mantuvo
 hasta 1962 en el atrio del templo.

El 13 de junio de 1575 hace sus votos y entra como fraile
 a la Orden Franciscana, destinado al convento de Santiago de Tecali,
 en las cercanías de Puebla de los Ángeles, donde le es dado 
el oficio de limosnero, lo que lo hace recorrer los caminos
de Puebla, Tlaxcala, Veracruz y México.
Muere el 25 de febrero de 1600 luego de una larga agonía. 
Cuatro días después, afluye a su entierro gran cantidad de personas.

Tanto en su pueblo natal La Gudiña, España como en el lugar donde
 se conservan sus restos en Puebla, se bendicen los automotores
 y lo consideran el patrono de los automóviles y los transportes terrestres.
 Su cuerpo con más 400 años de muerto, permanece expuesto en una
urna con paredes de cristal en el Templo de San Francisco
 en la Ciudad de Puebla, aunque oficialmente no se sabe si este
 se conserva en forma natural o es producto de algún proceso de
 conservación que lo hace permanecer incorrupto.







Fotografía: Jesús Jiménez Gómez

Fuente: Wikipedia





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